DESDE ESPAÑA.

Mis amigos blogueros me piden fotos y relatos sobre mi breve estancia en Europa. La verdad es que he captado muchas imágenes, pero por suerte (porque lo hemos disfrutado a rabiar) no he tenido tiempo de seleccionar y procesar.

Sí les contaré que en Madrid hay muchos ¡pero muchísimos! españoles. Se reconocen por el acento. Además son muy amables, y hemos sido muy bien atendidos en todas partes. Un poco gritones, a veces parece que estuviesen enojados, pero no.





Sobre la ciudad, ya les contaré un poco más. Por de pronto, aquí va una primera foto en la Plaza Mayor, a los pies de la estatua ecuestre de Felipe III.



Ahora ya estamos en Santiago de Compostela, en que he fundido mi cámara fotográfica a fuerza de disparos. Ténganme paciencia.

Pero no por eso nos olvidaremos de nuestra querida Patagonia. Estas fotos de 1986 son tomadas en el Seno Otway. En ésta de arriba los ¿coirones? dorados de fines del verano se inclinan con la ventolera, a orillas del mar.

Un poco más al sur, a nuestras espaldas aparecían estos señores.

Eran nada menos que los Spheniscus magellanicus.

Pingüinos de Magallanes, para los más letrados.

¡Al agua pato! Perdón... pingüino.

En esos tiempos se llegaba más fácilmente a las pingüineras del Seno Otway. No se le pedía permiso a nadie, ni se pagaba por disfrutar observando a estas aves tan especiales.

Pero también llegaban vándalos que los perseguían sólo por divertirse, con palos y perros, como me tocó presenciar. También en esa zona algunos pescadores, inconscientes del daño que hacían, los capturaban y los utilizaban como carnadas para sus trampas centolleras. Esa vez juré no volver a las pingüineras si se mantenía esta situación. Luego apareció la Fundación Otway, ligada al Colegio Alemán de Punta Arenas. Controvertida, pero efectiva. Como alemanes. Ahora es un santuario de la naturaleza, los animales (no sólo pingüinos hay en el lugar) son respetados, hay áreas bien delimitadas para observarlos, y nadie los molesta.

Y he regresado varias veces.

Cuernos del Paine # 6.

Foto 1987.

En rigor no es un cuerno, pero al Paine Grande forma parte del mismo todo paisajístico. Además, con esa luna de verano no podía dejar de mostrar a este magnífico monte.