PUNTA ARENAS - 2011

PUNTA ARENAS - 2011

viernes, 27 de abril de 2007

POR ENCARGO.

En el pasaje Körner, el antiguo edificio del Colegio Alemán, convertido en centro bohemio.

En esta punta de diamante no va quedando nada. Ni edificio amarillo, ni nada. Se está dando paso al progreso, con la extensión de la Costanera del Estrecho. No me apuré lo suficiente en tomar la foto.


Esquina nororiente de España y Colón. Casa Morgan Antunes.




Por la vereda de enfrente, bajando por Colón y al lado de la casa Gibbons se encuentra esta otra casa.



Antigua casa en calle José Menéndez, ex Valdivia, entre Magallanes y Lautaro Navarro, ahora alberga las oficinas de Prodemu. No se ve muy bien mantenida.
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Encontré este muy interesante blog con historia magallánica, desde una mirada proletaria. Hay que hacerse tiempo, eso sí, porque las entradas son un poco largas.
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Fotos abril de 2007.

miércoles, 25 de abril de 2007

UN DÍA LIBRE.

Si te quieres relajar y salir del centro, puedes ir "dar una vuelta".

Hacia el lado sur, frente al Parque María Behety, estas precarias construcciones llevan años desafiando al Estrecho de Magallanes. Al fondo, el pontón Muñoz Gamero.
2007.

Un poco más allá, en Río de los Ciervos, unas embarcaciones pesqueras disfrutan de merecido descanso.
2007.

Ahora, si prefieres el norte, puedes llegar fácilmente al Seno Otway, para que lo conozcan tus perros. Se accede por el camino que va a Punta Prat.
2006.


Al regreso, pese a que no hay viento, este árbol da cuenta de los vendavales que suelen azotar el sector. Increíblemente, sigue con vida.
2005.

domingo, 22 de abril de 2007

ESCENAS SANTIAGUINAS.

Este lustrabotas se aburrió, o sólo estaba haciendo una siestecita. Nótese los pantalones "pata de elefante" del joven que está mirando la vitrina.


Hurgueteando entre la basura. Si agrandan la foto, verán en el muro panfletos contra la ITT y la CIA.


Este modelito era un Datsun 1300. Yo tuve uno de ésos años más tarde.


El Mercado Presidente Ríos. Se veía así desde los altos de la Casa Central de la Universidad Católica, por calle Portugal.



Iglesia La Viñita, fundada por Inés de Suárez (según contaba mi madre), la primera iglesia de Santiago. Atrás, el Cerro Blanco.
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Fotos de 1973.

sábado, 21 de abril de 2007














NO QUEDÓ NADA.

Del "Gimnasio Cubierto" de la Confederación Deportiva. En lo personal, no me gustaba mucho, a decir verdad. Sé de muchos que también lo encontraban feo, de mal gusto, una mala imitación de partenones y templos similares. Pero ése no es el problema. Era nuestro. Era parte de nuestra ciudad, y por eso lo queríamos.Se construyó con mucho esfuerzo en la década del 50, y pasó a ser desde entonces el "gimnasio cubierto". Nunca se terminó. Después se construyeron muchos gimnasios, de arquitectura más liviana y práctica, y más cómodos, incluyendo en todas las escuelas. Todos cubiertos. Pero no eran el gimnasio cubierto. Fue sede de los primeros Festivales Folclóricos en la Patagonia, de innumerables encuentros deportivos, de básquetbol, de box. Fue fonda oficial para los dieciochos. Allí vi dos veces "La Negra Ester". En fin. No lo supimos defender. Hace dos noches se juntaron muchas personas a ver cómo caían sus columnas.











La primera foto, de 1973, es mía. Al fondo se ve el Gimnasio Cubierto. Las demás son bajadas todas de Internet, de la prensa nacional y regional. Una se la robé a Beatriz.

miércoles, 18 de abril de 2007

NUEVO VISTAZO A "LA COLÓN".

En la esquina de Colón y España nos encontramos con una plazoleta llamada "Uruguay", que tiene un pequeño obelisco.


Un vista más cercana de la preciosa casa que se ve al fondo. Por un tiempo fue sede de la Junji regional, ahora está habitada.


Y un poco más abajo, en el bandejón central de Avenida Colón, un busto de José Artigas.


Arboles del bandejón central de Colón, otoñales.



Y el Liceo María Auxiliadora y su capilla.
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Fotos abril de 2007.

lunes, 16 de abril de 2007

LA LIEBRE.

1964
(Academia Literaria, asesor Roque Esteban Scarpa).

¡Ahí viene la Einstein!, dice una inocente voz. Treinta o cuarenta personas, que por coincidencia también se dirigen a Vitacura, se atropellan con la lejana esperanza de ser favorecidas en la ruleta de la movilización santiaguina. Unas atropellan porque son damas, y claro, su ley es la de las damas primero. Los caballeros se basan en la ley del más fuerte, que en estos casos tiene sus excepciones.
Ya experimentado en estos asuntos, me instalo media cuadra más allá del paradero obligatorio de este tipo de vehículos. Como ya lo tenía calculado, le liebre, después de zigzaguear entre las personas que levantan sus índices en forma enérgica tratando de hacerla detener, lo hace justo delante de mí. Se baja una señora gorda en forma dificultosa. Tropiezo una vez, recojo los libros y me subo justo a tiempo. En ese momento llega a la puerta del aparato un verdadero tropel de personas, que tratan de entrar todas al mismo tiempo.
No hay más, dice el conductor con voz lacónica y aburrida, mientras me pasa el boleto con desgano. Ni las súplicas ni las miradas furiosas que me lanzan las veteranas logran doblegar su voluntad inflexible.
Mientras corremos con velocidades vertiginosas, esquivando automóviles, peatones y luces rojas, me dedico a mirar a mi alrededor. Fijo mi vista en los anuncios: Capacidad máxima 17 asientos. No se admiten pasajeros de pie. Calculo treinta personas, de las cuales unas veinte van sentadas; Prohibido fumar, dice otro. El señor chofer aspira un Cabaña corriente con cara de placer.
De pronto, entre caras de viejas y de viejos aburridos, de escolares y carabineros sentados, veo en el último asiento una juvenil cara de niña. Su pelo moreno y sus ojos de chispeante carbón parecen invitarme a correrme por el pasillo. Poco a poco y con no poco esfuerzo logro avanzar hasta obtener una vista más panorámica. Logro así advertir que en ese asiento, calculado para cuatro, van cinco personas incómodamente sentadas. Entre ellas conversa animadamente, de vez en cuando mostrando dos blancas hileras de dientes, la visión morena. Ojalá me mordiera, pienso.
En ese momento advierto que se levanta para bajarse el señor que va entre ella y su mamá (me he dado cuenta del parentesco, sencillamente porque al hablarle le dice “mamá”).
Siéntese no más, joven, me dice la señora, indicándome el minúsculo pedazo de asiento vacío ente ella y su hijita.
No se moleste, señora.
Siéntese, si usted es flaquito.
Gracias, pero le advierto que no soy tan flaquito. Me instalo en la orilla del asiento con una sonrisa cínica.
Échese para atrás, no más. Obedezco. ¿No ve que cabemos todos?
Madre e hija siguen con su conversación, al parecer sin importarles mi presencia entre las dos. Mientras en mi oído derecho resuenan como música las palabras de la niña, la voz de su madre se encarga de desafinarlas en mi tímpano izquierdo. No sé de qué hablan, ni me importa. Sólo me fijo en esa cara linda y suave que se acerca peligrosamente a la mía en su afán de hablar con su madre. Cada vez está más próxima, hasta el punto de que su pelo me cosquillea en la nariz, produciéndome deseos de estornudar. No sé cómo logro contenerme. Sus manos revolotean, se estiran, se encogen y vuelven a revolotear delante de mí.
La liebre toma la curva para entrar en la calle en que vivo, y ella, sorprendida por la maniobra, se apoya en mí. Pero el sueño tenía que terminar, a pesar de que había durado lo bastante como para ponerme turnio por un par de horas más. Se acerca mi paradero, y mentalmente le digo adiós.
Me bajo, y veo al alejarse el vehículo, que otro suertudo ha tomado mi lugar. Me acerco al quiosco de la esquina.
¿Tiene Gol y Gol?
Sí, señor.
Busco mi billetera, y no la encuentro en el bolsillo en que acostumbro llevarla. Tampoco está en los otros. Miro hacia la calle por la cual ha desaparecido la liebre, y pienso: pobre suertudo.
Me alejo, dejando atrás al indignado comerciante, que devuelve el Gol y Gol a su lugar de origen.





El asesor de la Academia Literaria de mi colegio (el glorioso Saint George's College de Santiago) era el magallánico Roque Esteban Scarpa, años más tarde Premio Nacional de Literatura. Esta caricatura la hice para la revista anual y, como se ve, ya firmaba como "MATVI". En ella se aprecia a a Don Roque criticando nuestras creaciones literarias, como mi "Liebre".

domingo, 15 de abril de 2007

BAHÍA CHILOTA.

A 4 kilómetros de Puerto Porvenir se encuentra Bahía Chilota. Es un villorrio en donde atracan las embarcaciones mayores, especialmente la barcaza Melinka, que desde hace muchos años viene haciendo el transporte de pasajeros, vehículos y carga desde y hacia Punta Arenas. Bahía Chilota tiene su encanto propio, y últimamente se le ha querido dar un carácter turístico, con venta de artesanías y comidas típicas. Estas imágenes son muy antiguas, pero podrían ser de ayer.



Como ven, Puerto Porvenir tiene muy poco de puerto. Su embarcadero se encuentra en Bahía Chilota.


Estas flores sólo tienen en común con Bahía Chilota el hecho de estar en Tierra del Fuego. En realidad se encontraban en las cercanías de Ushuaia.
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Y por ahí, muy cerca, estábamos acampando. Aquí estoy con mi madre (la foto es de mi padre).
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Fotos 1973.

jueves, 12 de abril de 2007


ESTANCIA ARMONÍA.

Se encuentra a unos sesenta kilómetros de Puerto Porvenir, bordeando la Bahía Inútil. Se extiende desde el Cordón Baquedano hasta la costa.


Bajando desde el Cordón se ven las instalaciones.

David juntando un piño (con la ayuda de sus perros, que no se ven).


David nos espera en la cocina, con la tetera siempre caliente.





Al borde de los acantilados.
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Fotos 2006.

martes, 10 de abril de 2007


TIERRA DEL FUEGO.

En un viaje que hice en 1973, crucé el Estrecho de Magallanes en un TAMA. Amén del zangoloteo por el viento, todos escuchábamos un golpeteo persistente, que no sabíamos de qué se trataba. Generalmente, cuando tengo dudas le miro la cara a la tripulación. Si se ven tranquilos, también me tranquilizo. Pero éste no era el caso: la "tripulación", cuyo único representante era el piloto, se apreciaba bastante nerviosa. Miraba hacia el único motor, hacia las alas (por lo menos eran más de una), chequeaba el tablero de instrumentos, hablaba por su comunicador. Me imagino que alertaba al personal de tierra de que podríamos tener problemas al aterrizaje. Por suerte no fue así. Al descender del aparato comprobamos que al cerrarse el portaequipaje, había quedado fuera un trozo de cinturón, cuya hebilla golpeó el fuselaje durante toda la travesía.


Aun así, tuve presencia de ánimo como para tomar esta foto de la costa fueguina.


Viajamos hacia el horizonte por la pampa interminable.


Estas dragas servían para extracción de oro, y originalmente estaban en cursos de agua. Ahora han sido declaradas monumentos nacionales.


Estancia Vicuña, colindante con la Tierra del Fuego argentina.



Al atardecer, contraluz de lengas.
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Fotos de 1973.

viernes, 6 de abril de 2007

BAHÍA INÚTIL.


Hace un año recorrimos gran parte del borde de la bahía, viajando desde la Estancia Armonía hasta la Estancia Darwin. Aparte de las condiciones del camino, que a medida de que avanzamos se hace cada vez más difícil de transitar por los pozones y barro en la huella, el espectáculo es fantástico.



Este falconiforme (no tengo idea de qué bicho se trata, pero parece un halcón) nos observaba con atención.

Los caballares de Darwin. Atrás la Bahía Inútil, y a lo lejos su borde norte, desde donde veníamos.


Al regreso nos despedían estos cormoranes desde una laguna al lado del camino.



Y cuando llegamos a Armonía, teníamos visitas inesperadas. Estos guanacos, ahora fauna protegida, se han acostumbrado a acercarse.
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Fotos 2006.

martes, 3 de abril de 2007


LOS SERBALES.

Por ahí "paré la oreja" y me enteré de que por la calle Sarmiento, entre Jorge Montt y O'Higgins, había una casa con serbales. La verdad es que en Punta Arenas hay muchas casas con serbales, pero como ésta parecía tener un interés especial, me picó la curiosidad.


Esta casa se encuentra en el costado norte
y éstos son sus serbales.


Esta otra casa está en la esquina con O'Higgins, en la vereda sur de Sarmiento. Allá al fondo, sus serbales.


Aquí en todo su esplendor.

De más cerca, sus frutos un poco otoñales, pero aún llamativos.
Fotos abril 2007.
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Y permítenme un poco de narcisismo, y vean la entrevista publicada en la página web de Laboratorio Saval.
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