PUNTA ARENAS - 2011

PUNTA ARENAS - 2011

viernes, 29 de diciembre de 2006

GLACIAR PERITO MORENO.
Se origina en los Campos de Hielo Sur, compartidos por Chile y Argentina. Muy próximo a la frontera, se desplaza durante miles de años hasta tocar la Península de Magallanes, en donde se encuentran los miradores.





Para contemplarlo en silencio...


En respetuoso silencio.



Y a la subida, un proyecto de mariposa.


Abril 2006.

No puedo menos que recomendar a Patricio Schmidt, quien desde ahora ocupa un lugar de honor entre mis vínculos favoritos. ¡Qué blog!

jueves, 28 de diciembre de 2006







Volcán Osorno.

LAGO TODOS LOS SANTOS.
1975

miércoles, 27 de diciembre de 2006


PUESTERO.

Ya les había presentado a don Francisco. Puestero de la Estancia Armonía, en los altos del Cordón Baquedano. Cuando lo conocimos venía llegando de carnear una oveja para su consumo, la que se observa en la grupa de su caballo.


Afable, conversó con nosotros un rato.


En el interior del puesto.

Y a la bajada, este grupo de ovejas nos observaba con atención. Estancia Armonía, marzo 2006.

Se habrán dado cuenta que estoy publicando más de una foto por entrada. La verdad es que tengo tantas, y tengo tantas ganas de mostrarlas, que si las pongo de a una no terminaré en los años de vida que me quedan. Claro que así tampoco terminaré de mostrarlas, ya que siempre tendré nuevas. ¡Sorry! Nadie les obliga a verlas...

domingo, 24 de diciembre de 2006




¿SANTA CLAUS?
¿Y por qué no? ¿Es necesario que sea viejo, gordo, blanco, gringo, abrigado con su traje rojo? ¿Acaso no puede ser joven, flaco, negro, brasileño y con ropas de verano? El gordo es una invención, apropiado por los que profitan de la Navidad, muy lejos del espíritu de la conmemoración del nacimiento de Belén. Más navideño me parece el que sólo vende barbas postizas para ganarse unos pocos reis.(Río de Janeiro, diciembre 2005).
Un cordial saludo a todos.

sábado, 23 de diciembre de 2006






CARELMAPU.
1974.

viernes, 22 de diciembre de 2006


DONDE MENOS SE ESPERA...

¡Salta la liebre!

Fotos tomadas en sector Hostería Las Torres, colindante al Parque Nacional Torres del Paine, en marzo de este año.

Para los que no tienen el placer de conocerlo, les presento a mi hijo Nicolás.

jueves, 21 de diciembre de 2006



PUERTO VARAS.
Un simple techo de zinc ofrece una imagen especial (1974).

martes, 19 de diciembre de 2006



DESDE EL AVIÓN.
Desde Santiago, casi al aterrizar en Puerto Montt, se puede ver el lago Llanquihue y el cerro Puntiagudo.

lunes, 18 de diciembre de 2006

UN CAFÉ EN EL CASINO.

En eso estaba mi compadre Walter, ensimismado.



Ella era una maravillosa enfermera del Hospital Clínico.



Fotos de 1974.

domingo, 17 de diciembre de 2006



CASA DE PABLO NERUDA.

Durante varios años de mi infancia y juventud, mis padres arrendaban una casa en Isla Negra, donde pasábamos las vacaciones de verano. La casa de Pablo Neruda, vista desde la playa, tenía en los faldeos una pequeña cabaña, donde se decía que el poeta escribía. Estos geranios se encuentran en el techo de la cabaña.
(Foto 2006)

sábado, 16 de diciembre de 2006


CASAS DE LA AGUADA.

1973.

miércoles, 13 de diciembre de 2006



RIO DE JANEIRO.

En Río, no todas son "garotas de Ipanema" (foto de 2005).

Conozcan a un médico de SAPU, con mucho que decir.

jueves, 7 de diciembre de 2006



PULMONCITO VERDE.

Casa Central Universidad Católica. Santiago, 1973.

martes, 5 de diciembre de 2006



DOCAS DE ISLA NEGRA.

Septiembre 2006.

lunes, 4 de diciembre de 2006

EL NEGRO.

El año en que aparezco en esa foto (14 ó 15 años de edad), el profe de castellano nos dio la tarea de escribir sobre "mi personaje inolvidable". Transcribo lo que tenía en el cuaderno, al pie de la letra, con faltas de ortografía y todo.



EL NEGRO.

1961
(Clase de Castellano, profesor Julio Durán Cerda)

Contaba yo con cuatro años de edad cuando mi padre decidió arrendar una parcelita en el camino Santa Rosa a Puente Alto. Todavía creo ver la puerta de la casa (quizá sea éste mi más remoto recuerdo) al llegar en el “jeep” 46 de mi tío.
La “Santa Laura”: hermosa parcela. Al costado de un solitario camino perpendicular al Santa Rosa, se abría un portón y tras él una entrada de autos. Au costado, el derecho, una hilera de grandes álamos. Más allá de los álamos, un canal tras el cual se veía una viña.
A la izquierda, tras una pequeña acequia, la casa. Una casa blanca y fría, donde había de pasar dos años más de mi vida. Tras la casa se veía una gran bodega, y después, viñas, árboles frutales, grandes sauces, cerdos, caballos, casas de inquilinos, inquilinos, gallinas, todo esto esparcido ordenadamente, contribuyendo a formar la pintoresca belleza del paisaje.
Poco a poco me fui acostumbrando a la vida del campo. Fui conociendo gente, animales, plantas y materias no vivas. Entre las primeras habían (sic) algunas a quienes guardo un lugar especial en mi memoria.
Entre éstos estaba el “Negro”. Era éste un muchacho de unos doce años de edad, negro como su apodo, vivo y simpático.
Todavía recuerdo cuando yo a aparecía en la puerta de la cocina donde trabajaba mi madre y le decía:
- ¡Mamá, voy con el negro a la trilla!
Antes de que ella pusiera objeciones, yo desaparecía y corría donde estaba el “Negro” esperándome. En el camino me contaba películas del “jovencito”, vistas por él en el teatro de Puente Alto. Gracias a él aprendí muchas cosas del campo, pero otras veces me contaba mentiras que no me dejaban dormir. Por ejemplo, cuando quería deshacerse de mí me decía:
- ¿Viste ese sapo? Ése, ya se escondió. Te tiró veneno, anda, corre a tu casa. Te vas a morir en cualquier momento. Antes de mañana, o al tiro.
Yo inocentemente le creía y echaba a correr hacia la casa, desesperado.
Otras veces me traía unos volantines grandes, hechos por él. Claro está que mi padre se los tenía que pagar.
Nunca olvidaré aquel día en que estaba el “Negro” descascarando almendras al lado de la bodega, con otros peones. Mi padre les pagaba veinte pesos por cajón.
Aprovechando que nadie lo veía, dejó el trabajo a un lado. Mi hermano menor, al ver esto, corrió donde mi madre y le dijo:
- ¡Mamá, el “Negro” está con la oreja parada!
No acababa de decir esto, cuando al otro lado de la casa se oyó la voz del negro que decía:
- ¡Qué iba a estar con la oreja pará yo!
A muchos otros conocí, pero este es uno de los cuales quisiera mantener siempre en la memoria.

viernes, 1 de diciembre de 2006



HOMBRE PENSANDO EN LA CALLE.

Santiago, 1973.
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