MADRID Y LA CATEDRAL DE LA ALMUDENA.

La revista de viajes de El Mercurio recomendaba el Hostal Villar como bueno y barato para alojar en Madrid. Ni corto ni perezoso hice las reservas por internet. ¡Craso error! Ojo con las recomendaciones de las revistas especializadas. Tal vez era barato, pero llegamos a un lugar sórdido, oscuro, húmedo, con baños deplorables. En nuestra desesperación por escapar de allí, preguntamos en la calle por un hotel, y unas damas muy chic nos dijeron, hablando las tres al mismo tiempo: "Pero sí, tenéis que ir al Meliá". Y partimos no sin dificultad, ya que cuesta encontrar un taxi que esté dispuesto a llevar a una pareja con un bebé, la sillita para auto, cuatro maletas y un coche. El Meliá Princesa, carísimo. Y feo, con un estilo kitsch que de asomarme al hall me daba jaqueca. Sólo estuvimos allí una noche.


Lo bueno, eso sí, era la vista espectacular desde la habitación.


Esa noche cenamos en el mismo hotel, y aprendimos a comer carabineros. Nos dio bastante risa el nombre, pero son una suerte de gambas (no son verdes) muy sabrosas. Caro. La verdad es que para nosotros, Madrid es entero carísimo.

Muy a lo lejos, y gracias al zoom capté esta imagen. Después me enteré de que podría tratarse del Palacio Real, en primer plano, y más atrás la Catedral de la Almudena.

Y ya que ahí estamos, nos quedaremos en la Catedral de la Almudena.

Su nombre completo es Catedral de Santa María la Real de la Almudena. Es la sede episcopal de la diócesis de Madrid. Se trata de un templo de 102 metros de longitud y 73 de altura con una mezcla de diferentes estilos: neoclásico en el exterior, neogótico en el interior y neorrománico en la cripta. Sólo conocimos el estilo neoclásico, ya que no entramos.

Su construcción se inició en 1883. Ésta es la fachada que da hacia la Calle Mayor.

Y esta otra, la que da hacia el Palacio Real.

Muy en lo alto se encuentra esta figura, que a decir verdad, no sé a quién representa.


Cuernos del Paine # 8:

El pajarito de hoy:

El gorrión común se encuentra en casi todo el mundo, su nombre es Passer domesticus. En Chile no tiene nada de domesticus, porque es bastante esquivo. En España y Portugal, sin embargo, es muy amistoso. Esta gorriona, por ejemplo, se embellecía con un baño de barro a pocos centímetros de nuestros pies en el Parque El Retiro de Madrid.

Fotos 2008, excepto la de los Cuernos que es de 1989.