PUNTA ARENAS - 2011

PUNTA ARENAS - 2011

viernes, 17 de mayo de 2013

DE LA VIDA COTIDIANA



Arthur y Ana María
1936

Con hijos, nueras, amistades
1936

1937

Digan si no se parecía a Frankin D. Roosevelt...
1937

1937

Fotos que tomaba mi padre:

San Juan Capistrano Mission
California
1955
La modelo, claro, es mi madre.

Un envoltorio:



En este sobre encontré varios negativos de los años cuarenta.


Portugal en Villa Los Presidentes (Santiago)




¡¡ HASTA JULIO !! Nos estaremos leyendo ...

viernes, 26 de abril de 2013

LA FERIA DE LAS PULGAS

.
Santiago
1968
Era la Semana Universitaria, había que juntar plata para que gane la candidata a reina de la alianza. La nuestra era Medicina-Enfermería, como era la tradición. Se recorrían las tiendas, pidiendo objetos, saldos, baratijas, a modo de donación para ser vendidas en la Feria de las Pulgas. En plena Alameda, frente al Club de la Unión, se armaba una fiesta de alegría, buen humor, un mercado en que se vendían las cosas más incréibles e inútiles. Todo se vendía, no quedaba nada. Si tenías pastelillos y se acababan, vendías el cartón como "la bandeja de la Última Cena", valiosa reliquia. Los sostenes eran "sombreritos para mellizos". Y así. La gente reía y compraba todo, por cooperar. Uno que tomaba la presión, daba el ejemplo de no dejar de fumar. José Miguel y su linda acompañante mostraban las ollas promocionándolas como cascos de seguridad. Pepe demostraba el uso de los sostenes, ya en ese tiempo algo anticuados. Ernesto, especialista en reliquias religiosas, vendía una corona de espinas. El Gringo vendía el diario El Siglo vestido de cura. Marisol y Margarita. Todo era risas. Sin embadurnar de pintura y mierda a ningún alumno de primer año. Y había uno que tomaba y tomaba fotos.
.
.
Una construcción patrimonial:
.
.
Porvenir
1972
El año 1960 se fundó el actual hospital, que ya cumplió medio siglo, en Porvenir. Su primer director, y cuyo nombre lleva el hospital, fue el doctor Marco Chamorro Iglesias. No fue éste, sin embargo, el primer proyecto de hospital para Porvenir: ya a mediados de los años 40 había uno que llegó a estar en obra gruesa, pero por encontrarse desproporcionadamente grande para las necesidades de la población, quedó inconcluso. Se decía que era absurdo tener un hospital de 40 camas para una población de 1.700 habitantes, ya que se estimaba para todo el año un número de 40 ingresos. El intendente de la provincia proponía entregar la construcción al ejército para una futura guarnición militar, ya que lo construido hasta el momento podría dar cabida a 120 soldados. Se habilitó entonces un local provisorio con capacidad para 6 pacientes hospitalizados. Así fue como pasaron quince años hasta la entrega del actual hospital que, si bien es cierto ha cumplido una loable labor gracias al esfuerzo de su abnegado personal y sus médicos, que históricamente han sido Médicos Generales de Zona, ha llegado el momento de reemplazarlo por uno nuevo y más moderno, que sirva las necesidades de Tierra del Fuego. En eso estamos.

.
.
Fotos que tomaba mi padre:
.
.

1950
Orgullosos, campesinos y patrones muestran la altura a la que ha llegado la siembra. No sé dónde.
.
.
Una postal:
.
.
Madrid
Sin fecha conocida
.
.
Um fado para vocês:
.
.
.
.

viernes, 5 de abril de 2013

LAS VUELTAS DE LA VIDA.

.
.
1927
.
.
.
1927
En las imágenes de arriba sólo reconozco a Arthur. No tengo la menor idea de quiénes son los demás caballeros ni dónde fueron tomadas las fotos, ni el motivo o circunstancia de las reuniones. Si Ud. reconoce a su abuelo o bisabuelo, su ayuda será apreciada.
.
.
.
Cartagena
1927
Mis abuelos Elena y Eduardo, con sus hijos Federico, Elena y Beatriz (mi madre).
.
.
.
Santiago
1927
En esta foto de primera preparatoria aparece mi padre, arriba el tercero desde la derecha. Sentado en el piso, el tercero desde la izquierda, mi tío Federico. No siguieron juntos en los mismos establecimientos educacionales. Vueltas de la vida. Armando terminó casándose con la hermana de Federico.
.
.
.
2012
Federico, en sus noventa y dos bien conservados y lúcidos años.
.
.

Fotos que tomaba mi padre:
.
.

1943
El sol está en el horizonte, los trabajadores ¿temporeros? lucen cansados, debe ser el sol del ocaso. Es una viña, a juzgar por las vasijas vendimiadoras. Arriba, el enólogo con su tubo y varilla alcoholométrica.
.
.
Una postal:
.
.

Sin fecha conocida
 
¿Cómo serán las capelas perfeitas?
.
.
Um fado para vocês:
.
.

.
Fado das Penas.
.



viernes, 1 de marzo de 2013

OBRAN EN MI PODER:

.
.
.
.
Dos documentos: uno corresponde a una columna que escribía en La Prensa Austral de Punta Arenas, de hace unos tres años.
El otro, una misiva que me enviara hace poco, mediante un amigo común, Gloria Cruz.
Los quiero mostrar a mis lectores y amigos bloggeros. Tal vez no debiera, porque no sé si todos compartirán la emoción. Pero en fin, cada cual tiene sus vivencias para sus emociones, y sabe dónde le ha apretado el zapato en su vida. O el bototo, en este caso, como verán a continuación.
.
Escribí yo:
.
El diputado
.
          Ésto ocurrió a mediados de los años setenta, cuando la dicta era muy, muy dura. Venía recién llegando yo, lleno de incertidumbres, a comenzar mis primeros años como médico en Máfil. Como mis enseres domésticos aun no llegaban, se me concedió hospedaje en el Sanatorio Santa Elisa, en el vecino pueblo de San José de la Mariquina. Administrado por las monjas de la Congregación de la Santa Cruz, el sanatorio bien podía servir de casa de reposo, hotel o centro de curaciones naturistas y milagrosas, gracias a los baños de hierbas y de barro regionales, así como de ingestión de pócimas, entre las que no podía faltar la sopa de col. Más curaba, pienso yo, la calidez de sores Amadea, Agustina y Verónica, alemanas las dos primeras, suiza la última. También el calorcito y el olor a leña de sus pasillos, de cuyas ventanas se veía desparramar sobre el pasto verde, intensamente verde, la lluvia torrencial seguida de los más maravillosos arcoiris.
          No éramos especialmente amigos con Carlos. Sí buenos compañeros de colegio, de un curso que egresó de cuarto de humanidades, marcado por la camaradería y el buen compañerismo. Por eso me alegré de verle a la segunda tarde de mi llegada, sentado en una silla de mimbre con otros hospedados del sanatorio. No sé si me sorprendí en ese momento, de ver entre tanto enfermo real o imaginario a un hombre joven y saludable, atleta destacado por lo demás. Pero me alegré. De bueno para los combos en preparatorias, en que había incluso repetido un curso, había llegado al último año del colegio convertido en un hombre reposado, afable y muy estudioso.
          "¡Carlitos!" exclamé, y me acerqué para abrazarlo. Su repentina palidez me hizo pensar que sí estaba enfermo. No fue muy efusivo, se puso de pie y me sacó de entre los demás contertulios de la galería, invitándome a caminar por el jardín. De hacer frío en mayo, lo hacía, y la humedad se colaba por entre los puntos de mi chomba. Le alabé sus bototos, gruesos y de estilo militar, en contraposición a mis zapatos de calle santiaguinos, que no podían evitar que se mojaran los calcetines. No habló mucho, esa primera tarde. Se limitó a escucharme con atención, y parecía escudriñar mis pensamientos más profundos. Quedamos en encontrarnos en la tarde del día siguiente, insistiéndo él en pasarme a buscar a la hora en que yo llegara de mi recién iniciado trabajo.
          A la tercera tarde me la largó: "Matías, voy a confiar en ti. No sé qué pito tocas en lo que está pasando en el país, hacía tantos años que no sabía nada de ti. Pero aquí no me llamo Carlos, estoy con el nombre de Jorge Morales. Me busca la DINA, y aquí me tienen escondido los curas". Se me pasó el frío de un sopetón. No me di cuenta de la lluvia que comenzaba a caer. "No quiero saber nada más", le respondí. "Así no tendré nada que contar, si alguien me pregunta". Fue como un pacto. Esa tarde conversamos hasta la noche, ya no a la intemperie, sino compartiendo un tecito con don Jorge.
          Cuando volví a pregutar por él, se había ido. "Don Jorge se fue a nuestro sanatorio de Panguipulli", me dijo la monja, "pero le dejó una bolsa". Ahí estaban sus bototos, los que tanto envidiaba y que usé por mucho tiempo. No volí a verlo, salvo en las noticias. En esa época, según me enteré después, era dirigente clandestino del MAPU. Fue detenido y torturado en 1980.
          Carlos Montes ha sido elegido parlamentario por un sexto período consecutivo, en uno de los cuales llegó a ser Presidente de la Cámara de Diputados.
.
.
.
.
La misiva de Gloria:
.
Matías:
.
Hace ya casi tres años nos llegó un sobre de parte de un amigo que se fue a vivir a tus tierras y dentro venía un artículo escrito por ti: el diputado. Tan simple, tan sencillo y tan bello, por lo menos para mí que había escuchado esa historia, la que Carlos me había contado con la misma exactitud, en los tiempos reales 33 años antes. Años en que sólo recuerdo que sentía frío en vez de miedo, pero era miedo y lo supe después. Me impresionó tu sensibilidad y finura para contar lo que parecía un cuento. Sabía que alguna vez tendría la posibildad de decirte lo que me había gustado y hoy cuando menos lo esperaba nuestro histórico y querido amigo "el Pato" tiene posibilidades de verte.
.
Un abrazo
.
Gloria Cruz.
.
.
          No sé si alguna vez conoceré a Gloria en persona. Pero ella entenderá por qué no le contesté. En el momento de las emociones, huelgan las palabras.
.
.
 
HAZ CLIC SOBRE LAS IMÁGENES PARA AGRANDARLAS.