EL MAR.
Necesito del mar porque me enseña:
no sé si aprendo música o conciencia:
no sé si es ola sola o ser profundo
o sólo ronca voz o deslumbrante
suposición de peces y navíos.
El hecho es que hasta cuando estoy dormido
de algún modo magnético circulo
en la universidad del oleaje.
No son sólo las conchas trituradas
como si algún planeta tembloroso
participara paulatina muerte,
no, del fragmento reconstruyo el día,
de una racha de sal la estalactita
y de una cucharada el dios inmenso.
Lo que antes me enseñó lo guardo! Es aire,
incesante viento, agua y arena.
Parece poco para el hombre joven
que aquí llegó a vivir con sus incendios,
y sin embargo el pulso que subía
y bajaba a su abismo,
el frío del azul que crepitaba,
el desmoronamiento de la estrella,
el tierno desplegarse de la ola
despilfarrando nieve con la espuma,
el poder quieto, allí, determinado
como un trono de piedra en lo profundo,
substituyó el recinto en que crecían
tristeza terca, amontonando olvido,
y cambió bruscamente mi existencia:
di mi adhesión al puro movimiento.
Memorial de Isla Negra
Pablo Neruda
24. LOS PUENTES DE LA MEMORIA “Estaba aquí sabiéndose parte de un develado
por sus mayores, y desvelado en su futuro”.
-
Desde su silencio nos escucha Eduardo Van Aken. Nos mira, los lee, nos
contempla, nos analiza. Pocas veces opina, guarda el estilo de ciertos
fueguin...
Hace 1 día.
2 comentarios:
Feliz Año 2007 Matías.
Aunque no siempre recibas comentarios, recuerda que hay gente como yo que te lee frecuentemente.En octubre hice un viaje a Nueva Imperial, Carahue, Puerto Saavaedra y el Lago Budi siguiendo el relato de su infancia que hizo Neruda en su "Confieso" para encontrarme con ese mar que él amaba y que en Boca Budi es espectacular y diferente. Felicidades. Beatriz
Gracias y todo lo mejor para ti este año, Beatriz. Me falta por conocer toda esa zona. Algún día...
Publicar un comentario