He dejado un poco -o mucho- en el abandono este blog, cada vez me cuesta hacerme le tiempo para las cosas que me gustan, y las que me gustan ¡son tantas! que cuando logro el espacio no hago nada y me pongo a leer, que por cierto también me gusta.
Esto sin mencionar a mi familia, a la que le dedico también gran parte de mi poco tiempo libre, porque es justicia y placer.
Tengo aquí algunas fotos muuuuy antiguas, que como bien dice el título de la entrada, son del año en que cumplí seis.
Esta primera es de unos personajes queridos de mi historia, a todos los cuales les deseo descanso y gloria eterna, si existe tal cosa. Al fondo, en la cabecera, mis abuelos paternos Arthur y Ana María. Reunidos con todos sus hijos, sus rostros destilan la alegría del momento. Desde la izquierda: Cruz, esposa de Augusto: Abel; Alicia. Al lado de la abuela, Beatriz, esposa de Armando; Armando; Lina, esposa de Abel; Augusto. Los hijos son todos cuyos nombres comienzan con "A".
Por aquel tiempo vivíamos en la "Santa Laura", una pequeña parcela agrícola que mi padre trabajaba en sus inicios de agrónomo. En la imagen con mi hermano Camilo y mi prima - hermana - amiga de toda una larga vida, que cumplía dos. Regalo simple, un juego de tacitas, que no se enchufaba ni funcionaba a pilas, ni tenía pantallitas electrónicas, pero sí lo suficiente para hacer feliz a una niña. Los niños de atrás, hijos de campesinos, miraban y envidiaban. Era demasiado regalo, fuera del alcance de la pobreza.
Mi abuelo materno Eduardo me torturaba. Siempre he considerado que las cosquillas no son agradables, salvo que se practiquen entre amantes.
Con mis padres y mi hermano. Atrás el auto de padre, creo que era un Buick de los años 30. Tenía un singular asiento trasero al aire libre, que aparecía al abrirse el portamaletas. Ni hablar de cinturones de seguridad, que no existían.
Un recorte:
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El Magallanes
8 de diciembre de 1895 |
Una postal:
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Fecha no precisada |
El Capitolio Nacional de La Habana, construido en 1929 bajo la dirección del arquitecto Eugenio Raynieri Piedra, por encargo del presidente Gerardo Machado.