PESADILLA.
1964
(Academia Literaria, asesor Roque Esteban Scarpa)
Los hombres avanzaban horas, días y años sin ver dónde iban, porque sus ojos se los habían arrancado los buitres. Pero lo sentían. Caminaban en forma pesada y dificultosa sobre las piedras filudas y las arenas ardientes. Sobre ellos, el sol emitía furiosamente sus rayos, bañándolos en sudor, al principio del viaje llenando sus espaldas de ampollas y luego descuerándolos hasta que asomaban sus costillas entre la carne rojiza y maloliente.
Su pelo caía junto con su cuero cabelludo, ya por efecto del sol, ya debido a los tirones que se propinaban unos a otros en ataques de desesperación frenética, en las que se arrancaban a sí mismos las uñas a mordiscos, desprendiéndolas de la carne y dejando huecos que pronto eran llenados por la arena quemante del desierto.
Llevaban los pies destrozados, hechos jirones de carne entre los que se entreveían huesos amarillentos que por la noche eran carcomidos por insectos gigantescos, los que también se deleitaban en engullir la sangre rojioscura, pegajosa y semicoagulada que se acumulaba durante el día, chorreando por las espaldas, las nalgas y las piernas hasta llegar a las piedras, formándose un rastro que se perdía en el horizonte amarillo.
Y seguían avanzando bajo el sol y sobre la arena, delirantes por la sed, el hambre y el calor, sin ver su camino, apiñados en inmensas multitudes, hasta ir cayendo en un abismo enorme, en el cual morían.
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¿Cómo pude escribir esa atrocidad a los 18 años? No recuerdo haber sido tan depresivo, aparte de las depresiones románticas adolescentes. Tal vez sería por aparentar ser duro, o de mucho leer novelas de caballería se me secó el seso.
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Para volver a las imágenes, algunas viejas fotos de alrededores de Santiago.
Las dos de arriba fueron tomadas en una parcela de Huechuraba, donde vivía mi amigo psiquiatra (no era mi psiquiatra) Patricio Torres. Los niños son sus hijos.
Así era el Río Mapocho en las proximidades de Lo Curro. Casi bucólico.
Lo Curro.
Este caballo no está fumando. Es su aliento en el aire frío de la mañana (también Lo Curro).
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Fotos 1974.
4 comentarios:
qué lindas las fotos, recuerdo que a principios de los 70 ibamos a bañarnos en el río Mapocho en Lo Curro, todo era tan tranquilo y limpio, había un bosque grande de eucaliptus. ¿Qué opinó Scarpa de tu cuento?
Tétrico, por decir lo menos, el cuento. Pero las fotos están geniales. Qué lindo que puedas rescatar tantas cosas de tu vida. Y además compartirlas con nosotros.
Gracias Matías! me encata cuando te remites a los textos y a la imagenes.
Que difícil sería sin la representación que proyectan las fotografías.
Gracias una vez más
saludos
Diana
Gracias a las tres. La verdad no recuerdo si don Roque dijo algo. Lo más probable es que no haya comentado nada. No, la verdad es que era muy generoso, siempre encontraba algo rescatable.
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