"Se les acabaron las noches románticas, chiquillos", nos decía la tía América, "al próximo verano llega la luz eléctrica". Claro, hasta entonces funcionábamos con velas y las Petromax a parafina, en cuyo encendido el tío Augusto era un experto. Hablo de los años 60.
La historia comienza mucho antes, cuando el abuelo Arturo había vendido la casa de Cartagena, porque se había enamorado de Ventanas, una linda caleta de pescadores, aislada del mundanal ruido, en la bahía de Quinteros. Entonces, mientras él seguía en su puesto de Gath y Chaves, enviaba a la abuela Ana María con los hijos a una casa arrendada, desde diciembre a marzo. El abuelo llegaba por algunos días y los fines de semana.
1931 |
1933 |
1936 |
Al fin, el abuelo compró una casa, que quedó seriamente dañada por un terremoto, y hubo de ser demolida. No conozco los detalles, pero parece que al fin el tío Augusto construyó otra en el mismo sitio, a la cual llegábamos todos, generación tras generación.
1962 |
El cariño y generosidad con que nos recibían, la tía Cruz y el tío Augusto, todos los años, no nos sorprendía porque ellos eran así. En esa casa caíamos todo el verano o por temporadas los Vieira, los Marticorena, los Jerez, los Covacevich, los Rosene. Éramos casi todos hombres, que íbamos pasando de la niñez a la adolescencia, con los primeros descubrires del amor, las pichangas en la playa, los bailes en La Cabaña, en El Loro con Hipo, los amigos pescadores, las familias Ábalos, Thomas, Castañón, Weinstein, Mayol, Alonso, Rochetti, Grisanti, de los que me acuerdo.
¿Cómo olvidar el arriendo de los caballos de Don Julio, pobres animales galopados por la playa hasta la extenuación, las cacerías de conejos con trampa (lazo de alambre) en La Greda con los Tironi, la pesca de pejerreyes y lizas en la laguna?
Estábamos conscientes que no era, ni con mucho, el balneario más fino, pero éramos felices y le llamábamos "Window Beach".
Hasta que vino la Enap, la Enami, Codelco, la gran chimenea, y se acabó todo.
Una postal:
Castel S. Angelo Roma Sin fecha conocida |
Um fado para vocês:
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